viernes, 8 de abril de 2011

Contra la privatización de la Casita de Niños de Lozoyuela

Las compañeras de Lozoyuela nos hacen llegar esta carta de un padre que explica maravillosamente lo que valora en esta Casita de Niños y lo que la Consejería de Educación quiere hacer: convencer a las familias de que lo mejor es que se convierta en escuela de gestión indirecta porque así tendrían más servicios. Es vergonzoso que se manipule a las familias en beneficio de los intereses privatizadores, sin considerar el buen hacer de las trabajadoras, que conocemos personalmente, sin contemplar que las Casitas de Niños han sido un modelo madrileño reconocido y valorado incluso fuera de nuestras fornteras porque representa la posibilidad de ofrecer a las criaturas los tiempos que pueden disfrutar sin someterlas a horarios salvajes y con un proyecto educativo cooparticipado por las familias y los equipos. Invitamos a difundir esta información para sensibilizar a la sociedad y paralizar este nuevo atropello. PRIVATIZACION DE LA ESCUELA INFANTIL DE LOZOYUELA Todos estamos de acuerdo que nuestra actual CASITA DE NIÑOS de Lozoyuela está anticuada y con unas instalaciones muy desmejoradas. Sin embargo, el servicio que se presta (número de educadoras, formación de las educadoras, horario ampliado, comedor, etc.) es aceptable para la mayoría de los padres aunque también se podría mejorar. El Ayuntamiento solicitó dinero para una reforma y ampliación de la CASITA pero la Comunidad de Madrid se lo negó por problemas presupuestarios, por modificaciones de la política educativa actual, entre otras escusas. No obstante lo anterior, mientras que no hay dinero para una cosa, milagrosamente la Comunidad de Madrid sí estaba por la labor de construir una nueva y flamante ESCUELA INFANTIL de mucho más de MEDIO MILLON DE EUROS. Eso sí, el suelo lo tenía que poner el Ayuntamiento (suelo público, suelo de todos) y la Comunidad se encargaría de construirla y equiparla (también con dinero público, nuestro dinero, nuestro 50% del IRPF que nos retienen de las nóminas entre otros impuestos y que van a la Comunidad de Madrid) pero con la condición de que la gestión de la escuela debería ser PRIVADA, o como a ellos les gusta decir, “GESTION INDIRECTA”. Otra vez nos encontramos con la utilización de dinero público, dinero de todos, para el beneficio de una empresa privada. ¡Qué fijación con favorecer lo privado (al amiguete de turno digo yo) frente a lo público! ¿Estamos en contra de la educación privada? NO, en absoluto. Quien quiera llevar a su hijo a un colegio privado que lo lleve, pero que se lo pague. Lo que no es justo es que estos colegios se financien con dinero público, en detrimento de los colegios auténticamente públicos que es lo que está pasando en los últimos años en la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre. ¿Es lo mismo una gestión directa (pública) que una gestión indirecta (privada)? NO. Con la gestión directa no se busca obtener beneficios sino prestar el mejor servicio posible con el presupuesto que se tenga asignado. Con la gestión privada o indirecta lo que se busca es obtener el máximo beneficio por parte de la empresa que lo gestione. ¿Tendrán que pagar más los padres en una escuela gestionada privadamente que en una gestionada públicamente? No, en principio. La Comunidad de Madrid paga una determinada cantidad por cada niño matriculado independientemente de si la gestión es pública o privada. Otra cosa es que los padres tengan que pagar una cuota con base a sus ingresos, como ocurre ahora, que también es discutible pero eso es otra guerra. Entonces, ¿cómo obtiene beneficios la empresa que gestiona la escuela infantil? Se supone que el beneficio se obtiene por una reducción de costes en la gestión. ¿Cómo se pueden reducir los costes de gestión de la Escuela Infantil? Dado que los padres somos los que pagamos una cuota de escolaridad “proporcional a nuestros ingresos”, llevamos los pañales, la leche de los biberones, las toallitas, pagamos el comedor, las excursiones, etc., pues poco queda para reducir los costes. Sólo cabe, pues, la reducción de gastos en los suministros (luz, agua, calefacción, servicios de limpieza, etc.) y, sobretodo, en los sueldos de las educadoras. ¿Influyen esos ahorros de costes de gestión en la calidad de servicios prestados? Indudablemente. Salvo que los suministros sean pagados por el Ayuntamiento, como hasta ahora, esperamos no tener que llegar a ver a los niños con abrigos en las aulas para ahorrar calefacción, lamiéndose los dedos para no gastar agua e iluminándose con velas para no gastar luz. Fuera bromas, aunque a lo mejor no es tanta broma, el gran ahorro se obtiene pagando menos a las educadoras, no cubriendo en tiempo y forma las bajas que se puedan producir, por ejemplo, por enfermedad, es decir, no cumpliendo, aunque sea temporalmente, los ratios niños por educador. ¿Cómo afecta una menor retribución de las educadoras en la calidad del servicio? Partiendo de la base de que las educadoras son grandes profesionales independientemente de su retribución, una persona que gana menos dinero a final de mes está menos motivada que una persona decentemente retribuida. Si a esto le sumamos una mayor carga de trabajo o que se contrate a educadoras con menor o nula experiencia los resultados serán más que evidentes y nos encontraremos con menos alegría en las aulas, más procesos depresivos, más bajas laborales, mayor rotación de personal, etc. Los principales perjudicados son directamente el personal docente e indirectamente nuestros hijos. ¿Es posible cambiar lo que ahora nos están imponiendo? Por supuesto. Agachar la cabeza y no hacer nada es la peor de las elecciones. Hay que luchar por lo que es nuestro. Esta Escuela Infantil se está construyendo con el dinero de nuestros impuestos y sobre un suelo que también es nuestro. Si la Escuela Infantil de La Cabrera es de gestión directa, pública, ¿por qué no lo puede ser la de Lozoyuela? En Islandia ante los atropellos de la crisis económica, la gente, el pueblo, armado hasta los dientes con cacerolas, salió a la calle y protestó, negándose a pagar con sus impuestos las deudas de los bancos y consiguió que su gobierno dimitiese, estando hoy banqueros y políticos enjuiciados. En Túnez, ante una subida escandalosa de los precios de los alimentos, salió a la calle pacíficamente y derrocó al gobierno. En Egipto, el pueblo también ha salido a la calle pacíficamente y ha conseguido que un dictador como Mubarak abandone el poder después de 30 años. Y poco se habla de la “revolución de Wisconsin”, Estados Unidos, la cuna del liberalismo económico y de la ultraprivatización de todo, donde los maestros se han rebelado contra los recortes que pretendían hacer a los maestros y otros funcionarios, y los políticos se han encontrado, contra todo pronóstico, con la desagradable sorpresa de que cientos de miles de ciudadanos de todos los ámbitos, manifestaciones como nunca se habían visto pero que han sido ocultadas por gran parte de los medios de comunicación, han salido a la calle para protestar contra dichas reformas que afectarían a la educación de sus hijos. Todo es posible, difícil, pero posible. La mejor arma de la democracia es la PARTICIPACION, frente a los que piensan que es mejor que los ciudadanos no participen, no pregunten, no controlen. La peor actitud es la indiferencia. Recojamos firmas, primero, y luego ya veremos.

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