martes, 25 de noviembre de 2008

"Al trabajo con Niños y Niñas"


EDUQA crea escuelas infantiles en el entorno laboral (accede aquí al artículo)

El domingo día 23 de Noviembre de 2008, aparece una noticia con este título en el suplemento Negocios del periódico “El País”. La novedad, tratándose de educación, es que aparece en las páginas sepia y no en las páginas del lunes del propio periódico.

El artículo habla de una iniciativa privada ligada al mundo empresarial, iniciada por una empresa EDUQA, formada por seis socios, que han abierto la primera “escuela infantil” en el área empresarial de uno de los nuevos barrios de la ciudad de Madrid, Las Tablas.

Hasta aquí la noticia. Bajo el lema “Tu hijo, feliz y muy cerca de ti todo el día”, el promotor de la idea y director del centro habla del momento en que cuando se planteó montar un negocio propio, se decidió por uno que navegara entre ambos mundos: escuelas infantiles enmarcadas en las empresas, con el fin de facilitar la conciliación laboral. “Trabajé en el Reino Unido y allí la idea está mucho más desarrollada. Entienden en dicho país que “esta iniciativa es una inversión, una herramienta para diferenciarse, para mantener el mejor capital humano”.

Pero, como tantas veces, el diablo está en los detalles. Fijaós en el enlace situado en la parte inferior izquierda de la foto… y contad las camas

En este primer proyecto no hay exclusividad con ninguna empresa, aunque tienen una relación muy directa con las familias del polígono donde se han ubicado. Se adaptan a sus horarios y sus necesidades. Son flexibles, abren todos los días y para los festivos, preparan talleres y campamentos. Si los padres y madres trabajan, ellos también, aunque dicen que respetan el bienestar y el ritmo de vida adecuado para un niño.

Como objetivos del negocio están los de desarrollar una marca y un proyecto de escuelas infantiles de calidad en entornos laborales, porque quieren convencer a las empresas de que facilitar a las familias la conciliación laboral es un arma para atraer a los mejores empleados. Para crear un proyecto para un centro de trabajo siempre exigen unos requisitos mínimos, como espacio suficiente para alojar aulas amplias y patio, accesos de seguridad, ventilación y luz natural. Lo demás corre de su parte, desde la arquitectura al proyecto pedagógico, proveedores o recursos humanos.

Para desarrollar la idea inicial de EDUQA hizo falta 50.000 euros y para llevar a cabo este primer centro inaugurado el mes de Octubre de 2008, otros 300.000. La escuela tiene 500 metros cuadrados de una sola planta y techos de 3,30 metros y nació como centro piloto para tener algo que enseñar a los futuros promotores y patrocinadores de esta iniciativa: las empresas”

“No tratamos de abrir decenas de escuelas, ni franquicias. Pensamos en desarrollar una marca y un producto a largo plazo. Se trata de avanzar, pero poco a poco, porque lo que buscamos es la calidad”, afirma el promotor de la idea. Y acaba el artículo, afirmando “éste es un sector atomizado, porque sigue habiendo mucha diferencia entre demanda y oferta. Pero cuando se igualen, sólo sobrevivirá la calidad”.

El artículo es impecable. Habla de calidad, habla de espacios, habla de necesidad laboral, habla de experiencias en países europeos, habla de proyecto, habla de diferencia..., pero no habla de niños y niñas, no habla de pedagogía, no habla de maestras y educadoras, no habla del coste económico para los padres y madres, no habla de actividades educativas, no habla de participación democrática de las familias, no habla de horarios, no habla de participación en el barrio o en la comunidad social.

Con frecuencia, cuando se habla de los niños y niñas de cero a tres años, el argumento más fácil y más recurrente es hablar de la necesidad de conciliar la vida laboral, familiar y personal y luego, además, de la necesidad educativa de los menores. Confundimos la necesidad de los adultos, con el derecho CONSTITUCIONAL a la educación.

Las ciencias psicopedagógicas, que tan frecuentemente se olvidan en el tratamiento de las noticias relacionadas con los más pequeños, hace años que afirman que la educación comienza desde el nacimiento y que el período de la vida donde se producen los cambios personales más importantes en la psique, en la personalidad y en el conocimiento, son los primeros; ese período que se describe como la educación infantil, que abarca hasta los seis años. Son los años de la autonomía motora, del desarrollo del lenguaje, de la capacidad para observar, para relacionar, para crear, para comunicarse. Ser y estar. Formar parte de una familia, de un grupo de coetáneos, de una comunidad, de una sociedad. Años en los que se aprende a compartir, a vivir normas y reglas sociales, a comportarse, a jugar.

El derecho de los menores a la educación, es precisamente todo ese entramado de necesidades que se tejen en un centro adecuado y a su medida, con unos espacios y unos horarios propios, con unas enseñanzas que potencien estos aprendizajes, con un proyecto educativo a la medida de los más pequeños, no a la medida de los adultos. Lo que se necesitan son muchos más centros educativos en los barrios cercanos a la vida familiar de los niños. De la misma manera que nadie concibe que la vida personal se desarrolle en el marco estrecho de un polígono empresarial (la zapatería, la tienda de ropa, el supermercado, el quiosco de prensa), tampoco debe discurrir la vida educativaen el marco estrecho de un polígono empresarial.

El discurso de la tranquilidad de los padres y madres, no puede ser la excusa para someter a los hijos e hijas a unos horarios descontextualizados de su vida, a unos trayectos urbanos en autobús, metro o coche para el traslado al polígono empresarial, de día o de noche, en lunes, sábado o domingo, sin importar qué mes del año y qué fecha, si es verano o invierno, si la criatura está enferma o cansada. ¿Y qué solución se les ofrece a los padres y madres que tienen hijos e hijas con necesidades educativas especiales y que trabajen en el mismo polígono empresarial? ¿Deberán soportar en solitario, la conciliación con sus hijos e hijas sin la ayuda de la empresa en la que trabajan?

Sobre todo, es discriminatorio porque a partir de los tres años, las familias concilian mejor su vida laboral y personal en los colegios de infantil y primaria, en sus barrios y ciudades, sin importar en ese momento, la premisa que predica EDUQA “cerca de ti”. Entonces ya no importa la lejanía del trabajo o los días festivos. Hay que buscar soluciones alternativas.

La solución, como siempre, consisten en elaborar Políticas de Primera Infancia, que tengan PRIORITARIAMENTE como objetivo la educación de los más pequeños y que tengan en cuenta las necesidades de los grupos familiares, en el desarrollo de su vida laboral. Compartir con las empresas los horarios de hombres y mujeres, compartir las cargas laborales entre todos, flexibilidad en el trabajo. NUNCA someter a los niños y niñas al mismo régimen laboral que sus padres. Eso no es EDUCACIÓN: es asistencia, es guarda y custodia, es la DESEDUCACIÓN.

Plataforma de Madrid, 25 Noviembre de 2008

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